jueves, 9 de febrero de 2012

Vendedores de Calma

Supongo que aún hoy me sorprende que, a estas alturas, piense en ti. Te sorprenderá tanto como a mi que, tantos años después, te esté escribiendo, pensando en ti. Podríamos decir que una herida nunca se cerró, que los Días Raros no acabaron en aquel puto verano, que los Días Raros son muchos, y los buenos, escasos (y raros). Te sorprenderá tanto como a mi que, tantos años después, la canción que me recuerde a ti sea una indie de las mías. De alguna manera, por puta o amor, acabaste convirtiéndote en parte de mi. Te sorprenderá tanto como a mi que siga odiándote, que siga queriendo verte para demostrarte que no, que no me vendo, que nunca me he vendido y que nunca me venderé. Te sorprenderá tanto como a mi seguir bailando como un lazo en un ventilador en mi memoria, que el calor y el desasosiego veraniego me angustien más que ninguna otra banalidad humana, que sin paz, gloria ni esperanza siga deseando abrirlo despacio. Y aún hoy, aún vive un monstruo, y aún no hay paz, como un manantial de puta locura entre tus manos. Te sorprenderá que el trazo siga sin definirse, que no haya sintonizado tus pedazos, que mi colección de medallas y arañazos no esté cerrada. Quién lo iba a decir, quién, ni tú, te sorprenderá tanto como a mi que sin carbón aún no haya Reyes Magos. Me sigo destapando en la intimidad por tu angustia, ahogándome en gritos al vacío, no hay trato, no hay trato, no hay futuro, no hay tú, no hay nosotros.


Aún quedan vicios por perfeccionar.



1 comentario:

  1. Los destaparemos en la intimidad, con la punta del zapato :)
    Me ha encantado tu entrada, tanto esta, como la anterior. Te espero en mi blog, fuckitforme.blogspot.com

    ResponderEliminar