"Me acerqué a la bahía suavemente, disfrutando de cada milésima de luz rosácea al atardecer que lograba alumbrar mi cara, mi estado de ánimo."
No sé qué eres para mi ni para nosotros, qué bala perdida atraviesa en estos instantes mi cabeza. Aún no entiendo cómo cojones has dejado que caminase sin frío ártico. El verano ya está aquí, a la vuelta de la esquina, y yo sigo teniendo mucho miedo. Miedo, a desaprender a nadar, a encontrarme solo entre una nueva pérdida de lógica pragmática. Miedo, a hundirme en tus dudas, a volar entre un mar de "quieros" y "puedos", a no ser yo, a traicionarme, a que vuelvas a la ciudad.
Pruébame más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario