sábado, 25 de febrero de 2012

Y el tiempo nos juntó para luego separarnos

Leiva - 92

Diría que las luces de neón no me ciegan más que tu magia de maldita perfección, estaría equivocándome asegurando que no tengo ganas de disfrutar de tu dulzura, de tus suspiros, de hacerme cargo de tu contemplación.
El verano, como absurdo concepto de un todo caótico, refleja en mi conciencia una manera de aspirar a desear lo que me ocultas constantemente. No decidas por mi, que tengo miedo, mucho, mucho miedo. A veces todavía  disfruto de efímeros instantes de gloria bajo aquel calor, bajo aquellas luces.

Lo más mágico de esto es que, sin ser valientes ni temerosos, nos unimos de alguna manera, conectando así, de una vez para siempre, nuestras esencias, nuestras almas, nuestros nosotros.
Guárdalo con amor, es nuestro.





No hay comentarios:

Publicar un comentario